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- La paradoja de la privacidad. Nos preocupa preservarla pero somos imprudentes.
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- Las injusticias nos indignan menos si las comete un algoritmo.
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- El lenguaje importa: Las big tech filtran menos si no es en inglés, los usuarios burlan los filtros.
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La paradoja de la privacidad
La mayor parte de los usuarios afirman estar preocupados por su privacidad, pero sus decisiones cotidianas ponen con demasiada facilidad grandes cantidades de datos sensibles en manos de terceros.
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La primera explicación que se dio a esta falta de coherencia se sustentaba en el desconocimiento o la falta de sensibilización y de concienciación.
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Pero aparecen nuevas explicaciones relacionadas con la antropología, la sociología o la psicología que confirman la cesión consciente de datos. Explican que el ciudadano medio es pragmático y toma una decisión racional sopesando los riesgos que corre y enfrentándolos a los beneficios que obtiene.
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Excepto en los casos de usuarios muy celosos de su privacidad, este cálculo suele inclinar la balanza hacia el lado de las aplicaciones.
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Artículo de Marta Beltrán y Carlos Alberto Villarán Núñez (Universidad Rey Juan Carlos).
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Los trucos de diseño que usan las big tech para burlar la protección de datos
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El Consejo de Consumidores de Noruega y el grupo paneuropeo BEUC alertan de las técnicas que Facebook, Google, Microsoft, Amazon... utilizan para evitar la normativa europea. Mediante una amplia gama de técnicas de diseño incentivan a los usuarios a hacer clic en favor de ciertas opciones.
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Los consumidores europeos denuncian a Google por diseño engañoso, lenguaje poco claro y dificultar la protección de la privacidad. BEUC
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Carissa Véliz: La privacidad como instrumento de resistencia colectiva (1)
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Ceder la llave que protege nuestros datos es entregar los aspectos más íntimos y vulnerables. Más que un beneficio económico, los datos personales otorgan poder a quienes los recogen y los analizan, y eso es lo que los hace tan codiciados.
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Carissa Véliz: La privacidad como instrumento de resistencia colectiva (y 2)
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Los datos se pueden proteger con un pequeño esfuerzo de regulación, un poco de resistencia de los ciudadanos y algunas empresas que empiecen a ofrecer privacidad como una ventaja competitiva.
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Las injusticias nos indignan menos
Nos indignamos menos cuando la discriminación de género la genera un algoritmo en lugar de un humano, según una investigación publicada por la Asociación Estadounidense de Psicología.
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En el estudio, los investigadores acuñaron la frase "déficit de indignación algorítmica" para describir sus hallazgos de ocho experimentos realizados con un total de más de 3.900 participantes de Estados Unidos, Canadá y Noruega.
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Si bien la investigación se centró en la discriminación de género, uno de los ocho experimentos se replicó para examinar la discriminación racial y por edad y tuvo resultados similares.
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- “La gente ve a los humanos que discriminan motivados por prejuicios, como el racismo o el sexismo, pero entienden que los algoritmos discriminan motivados por datos, por lo que se sienten menos indignados moralmente”. American Psichological Association
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Cuestión de palabras
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La discriminación linguística de los gigantes tecnológicos
Las grandes empresas tecnológicas tienen problemas para lidiar con el discurso de odio, la desinformación y el contenido ilegal. Pero cuando tienen que hacerlo en idiomas distintos al inglés sus déficits son mucho más graves. La desigualdad lingüística es uno de los mayores problemas de los gigantes tecnológicos. Datethics
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Los usuarios inventan el lenguaje para burlar los filtros
Y aunque sea en inglés, los usuarios han aprendido a burlar los filtros que las plataformas han introducido para evitar la propagación del odio y la desinformación.
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- "Una neolengua ha nacido en internet. En inglés la llaman alspeak (un término que surge de combinar las palabras algoritmo y speak), y nombra la jerga que se va creando en las redes sociales para burlar la moderación de contenidos por palabras que castiga el uso de determinados términos. Por ejemplo, como en TikTok se penaliza la palabra odio (hate) se ha empezado a hablar de “lo opuesto al amor”, se usa seggg para referirse al sexo, o becoming unalive (volverse no vivo) para evitar otra palabra prohibida: suicidio." El País Babelia
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En nombre de la inteligencia
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El abuso de vocabulario equívoco infunde a la tecnología un aura de superioridad. Surgen iniciativas para erradicar del lenguaje común palabras que equiparan los desarrollos tecnológicos a capacidades propiamente humanas
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Julian Baggini, uno de los filósofos británicos actuales más destacados, propone en este libro una serie de pequeños relatos que plantean dilemas morales o filosóficos de manera gráfica y divertida, e invitan al lector a pensar por sí mismo las posibles respuestas. Desde la paradoja de Zenón hasta la teoría del eterno retorno de Nietzsche, pasando por las contradicciones del multiculturalismo o los misterios que plantea la caverna de Platón.
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Baggini se pregunta si está bien castigar a alguien por algo que todavía no ha hecho, cómo saber si estamos despiertos o dormidos, o si el sexo virtual debe considerarse infidelidad. Ático de los Libros
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- Polémica de la semana. La neurocientífica Darshana Narayanan acusa al historiador israelí Yuval Noah Harari de sacrificar la ciencia en busca de sensacionalismo y de construir una obra plagada de errores. Artículo en Current Affairs
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- Humanitarismo no humano: cuando la 'IA for good' puede ser dañina. Tandfonline
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- El Parlamento Europeo aprueba las leyes de Servicios Digitales (DSA) y de Mercados Digitales (DMA). Se espera que el Consejo Europeo las apruebe durante este mes, la segunda y en septiembre, la primera. Parlamento Europeo
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La historia de la civilización se podría resumir como una lucha perpetua por sobrevivir al gravísimo error que cometimos el día que nos hicimos sedentarios.
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Rutger Bregman, en Dignos de ser humanos, Anagrama
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