Gaslight. 1944. Ingrid Bergman y Charles Boyer

Agnotología, la fabricación de la ignorancia

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¿Qué ocurre si las herramientas de producción de contenido se pervierten para desvirtuar el conocimiento? ¿Qué pasa cuando la creación de falsedades se convierte en una estrategia de quienes ostentan el poder?

Este artículo es una transcripción de la conferencia que Danah Boyd, fundadora y presidente de Data & Society, dio en la convención de la Biblioteca Pública Digital de América (DPLAfest) el pasado 17 de abril.

Danah Boyd – “Me encanta la comunidad bibliotecaria. Todos ustedes están profundamente comprometidos en producir, curar contenidos y permitir el acceso al conocimiento. Muchos de ustedes abrazaron internet con entusiasmo y reconocieron su potencial para ayudar a muchas personas a acceder a información valiosa. También vieron las posibilidades cívicas y democráticas de esta nueva tecnología; no hace falta mencionar la importancia de una ciudadanía informada en un mundo democrático. Sin embargo, de forma lenta y sistemática, un virus se ha propagado y ha utilizado la tecnología para desgarrar el tejido social de la vida pública .

Esto no debería sorprendernos. Al fin y al cabo, a finales de los 90 y los años que siguieron, la mayor parte de Silicon Valley estaba obsesionado con la novela Snow Crash de Neal Stephenson. ¿Cómo no se dieron cuenta de que era un libro distópico?

Poco a poco, un virus se ha propagado y ha utilizado la tecnología para desgarrar sistemáticamente el tejido social de la vida pública.

Epistemología es un término que describe cómo sabemos lo que sabemos. La mayoría de las personas que piensan en el conocimiento se fijan en los procesos para obtenerlo. A menudo asumimos que la ignorancia se debe a que no estamos bien informados. ¿Pero qué pasa si la ignorancia se fabrica estratégicamente? ¿Qué ocurre si las herramientas de producción de conocimiento se pervierten para facilitar la ignorancia?

En 1995, Robert Proctor e Iain Boal acuñaron el término “agnotología” para describir la producción estratégica y deliberada de la ignorancia. En un libro llamado Agnotology , Proctor y Londa Schiebinger recopilaron diversos ensayos que detallan cómo se alcanza la agnotología. Hablamos de desvirtuar intencionadamente la historia, de desmantelar el conocimiento científico; la agnotología es una herramienta de opresión de quienes ostentan el poder.

Proliferan debates sobre cómo las redes sociales deben mejorar la gestión del contenido.  La semana pasada, el Congreso de los EEUU convocó audiencias para analizar la dinámica del supremacismo blanco en Internet y la percepción de que las empresas tecnológicas tienen un sesgo anti-conservador.

Muchos expertos que basan sus decisiones en la evidencia están experimentando una sensación colectiva de que les están haciendo “luz de gas” (el término proviene de una película sobre la violencia doméstica y define cómo un abusador puede desestabilizar intencionadamente el sentido de la realidad de otra persona). ¿Cómo se entiende que una comentarista conservadora de raza negra diga ante la Cámara de Representantes que la ‘Southern Strategy(campaña racista contra los afroamericanos)  no existió y que el supremacismo blanco es un invento de los demócratas para “asustar a los negros“? Recordemos que esta comentarista fue mencionada por el autor del atentado de Christchurch y que publicó tuits sobre esta atrocidad que contenían expresiones como “LOL” y “HAHA”.

Hablemos de Christchurch. Todos conocemos lo que ocurrió. Un terrorista que difundía mensajes supremacistas blancos transmitió en directo el asesinato de 50 personas congregadas en una mezquita de Nueva Zelanda. El video emulaba la estética de los videojuegos de disparos en primera persona. Más allá de la atrocidad misma, ¿qué más estaba pasando?

Fabricó un espectáculo mediático. Y aprendió a hacerlo explotando el actual ecosistema de la información.

El terrorista comprendió las vulnerabilidades de las redes sociales y de los medios tradicionales. El mensaje que publicó en la web 8chan en el que anunciaba sus intenciones incluía enlaces a su manifiesto y a otras webs pero ningún enlace directo a Facebook; no quería que Facebook advirtiera que el tráfico provenía de 8chan. Durante bastantes minutos se le veía conduciendo, posiblemente para generar audiencia, pero también, con toda probabilidad, para evitar a los moderadores de contenido. Incorporó al título de su manifiesto un conocido distintivo supremacista blanco, consciente de que los medios de comunicación se fijarían en él, lo que a su vez animaría a la gente a buscarlo. Cuando lo hicieran encontrarían una mina de propaganda antisemita y supremacismo blanco. Esto es la explotación de lo que se denomina “vacío de datos”.

En su manifiesto, el terrorista citaba a muchas personas, consciente de que los medios de comunicación se fijarían en ellas y se generaría confusión, desmentidos y así más noticias. Fabricó un espectáculo mediático. Y aprendió a hacerlo explotando el actual ecosistema de la información. Las redes sociales se inundaron de millones y millones de copias y alteraciones del video subidos a través de una diversidad de cuentas falsas con el objetivo de colapsar los recursos de las plataformas tecnológicas, avergonzarlas, o comprobar sus sistemas de protección de cara a futuras acciones.

Imagen del video de la matanza de Christchurch

Lo más notable de este terrorista es lo explícito de su compromiso con el supremacismo blanco. La mayoría de quienes propagan ideas supremacistas no lo son. Tanto si tenemos en cuenta a quienes creen ostentar un “derecho superior” y se limitan a hacer preguntas como “¿los judíos son personas?” o a los que defienden falsos fundamentos científicos racistas, el número de personas que propagan teorías conspirativas o simplemente plantean dudas para acreditar y magnificar la supremacía blanca es cada vez mayor. Esto es agnotología.

Hoy no sólo está en juego la libertad de expresión frente al discurso del odio o el papel de los bots promovidos en la actividad política. Es mucho más básico. Se trata de sembrar la duda a propósito para fragmentar la sociedad. Fragmentar epistemologías. Es una táctica perfeccionada por los propagandistas. Fijémonos en este cartel de Russia Today.

Cartel de Rusia Today

Lo más preocupante es que, ahora, esto se está haciendo de forma masiva.

Los adolescentes no sólo se radicalizan a través de webs extremistas. Comienzan con una simple consulta en YouTube. Tal vez eres un estudiante universitario que intenta aprender un concepto como “justicia social” que has oído en clase. El primer resultado que encuentras es de PragerU, una organización conservadora dedicada a desmontar las llamadas ideas “izquierdistas” que se enseñan en las universidades. Miras el video bellamente producido, que aconseja seguir muchos de los principios de alfabetización mediática: ‘haz preguntas difíciles. sigue el dinero…’ El video ofrece una visión parcial y ligeramente conspirativa de lo que significa “justicia social”,  sugiere que no es un concepto real, sino un intento deliberado de reprimirte. A continuación, ves más videos de supuestos expertos y profesores. Todo esto te hace pensar diferente sobre el tema de tu lectura. Le planteas a tu profesor una pregunta formulada por uno de los influencers de YouTube. Él se horroriza y te hace callar. Todos los videos te dijeron que esperaras esa reacción. Así que quieres aprender más y te adentras en un mundo de activistas anti justicia social. Te introduces en el anti-feminismo y en el racismo. ¿Hasta dónde puedes llegar?  

Una de las mejores formas de sembrar la agnotología es asegurarse de que sea más fácil acceder a contenido dudoso y conspirativo que a material científico.

YouTube es el principal motor de búsqueda que usan los menores de 25 años. Allí acuden a investigar los estudiantes de secundaria y los universitarios. La Digital Public Library of America colabora con muchos socios de prestigio que ponen a disposición del público sus contenidos y sus archivos. Sin embargo, ¿cuánto de ese contenido está disponible en YouTube? La mayoría de socios de la DPLA quieren mantener el contenido en sus sitios web. Quieren que la gente visite su web. Gran parte es visual y textual, pero ¿existen videos que difundan este contenido en YouTube? ¿Cuántos artículos científicos disponen de videos explicativos asociados?

Ahí radica el problema. Una de las mejores formas de sembrar la agnotología consiste en hacer que sea más fácil acceder al contenido dudoso y conspirativo que al material científico. Y dedicarse, también, a desacreditar la información científica disponible. Una manera de hacerlo es explotando los ‘data voids’, áreas dentro de un ecosistema de búsqueda donde no hay datos relevantes; quienes pretendan manipular los medios los pueden usar a conciencia. Las últimas noticias son un ejemplo. Otro es cooptar un término poco utilizado, como “justicia social”.

Pero permítanme añadir otra observación. Algunos términos se crean estratégicamente con la intención de lograr la fragmentación epistemológica. En la década de 1990, Frank Luntz fue el rey de hacer eso con temas como el aborto por nacimiento parcial, el cambio climático y el impuesto a la muerte. Cada semana, coordinaba a personal del Congreso y les decía que se centraran en el término de la semana y lo difundieran a través de los medios de comunicación. Objetivo, hacer ruido.

Hoy el ruido está en Internet. El objetivo ya no consiste en dirigirse a los medios de comunicación. Primero, hay que crear un universo de contenido y luego difundir el término en los medios de comunicación en el momento adecuado para que la gente busque ese término y reciba un contenido específico. Al utilizar conceptos carentes de significado o falta de información accesible, los manipuladores contribuyen a fragmentar el conocimiento y generar dudas.

Los movimientos antivacunas utilizan los resortes de las redes sociales. Foto CDC Global Health en VisualHunt

Los manipuladores también saben jugar con la estructura de la información. Sí, optimizan los motores de búsqueda, al igual que los profesionales del marketing. Pero también buscan crear redes que sean difíciles de deshacer. YouTube tiene excelentes videos científicos sobre el valor de la vacunación, pero innumerables activistas anti vacunas han utilizado sistemáticamente YouTube para asegurarse de que las personas que ven los videos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades también vean los que cuestionan las vacunas o videos de padres que hablan emocionadamente de su visión del resultado de la vacunación. Comentan ambos videos, los ven juntos, los vinculan. En eso consiste la manipulación estructural de los medios. A menudo, los periodistas caen en la trampa de referirse a “ambos bandos“, pero la creación de ‘bandos’ tiene un objetivo político.

La creación de bandos tiene un objetivo político.

Y aquí es donde entran ustedes. Todo el mundo cree en el conocimiento. Ustedes creen que el público debe estar informado. Comprenden que el conocimiento surge de la confrontación, el debate, la búsqueda científica y que el conocimiento nuevo reemplaza al antiguo. Pero los estudiosos están obsesionados con los matices. A los productores de conocimiento les preocupan los créditos y la propiedad intelectual. Todo esto está siendo utilizado para desmontar el conocimiento actual.

No lograremos que el público esté bien informado si sólo nos preocupamos de que el contenido de calidad esté disponible y damos por supuesto que la credibilidad es suficiente para que la gente acceda a él. Hay que comprender la naturaleza de la batalla de la información en red en la que estamos, estar activamente presente cuando la gente está observando y cubrir el ecosistema de información con el contenido que las personas necesitan para tomar decisiones informadas.

¡Gracias!

Danah Boyd
Este artículo lo publicó originalmente Data&Society con el título: Agnotology and Epistemological Fragmentation

Danah Boyd es fundadora y presidente de Data&Society e investigadora principal en Microsoft

Data&Society es un instituto de investigación sobre los problemas sociales y culturales que surgen del desarrollo tecnológico centrado en datos. Nueva York.
4 comments
  1. trata de un notable mal uso y manejo actual de la agnotologia, especialmente para los que no tenemos mayor educación lo que nos hace más vulnerables

  2. Excelente articulo, queda claro el termino y a lo que hace alusión y referencia, definitivamente ese termino esta creciendo en las sociedades democraticas que aun son dominadas parcialmente por los tiranos y opresores de los pueblos, no obstante los esfuerzos realizados por las cabezas presidenciales como lo es el caso de mexico.

  3. Esto sucede sistemáticamente por parte de los medios de comunicación contra el gobierno actual de México.aca le llamamos “golpe de estado blando”

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