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Youtube no es para niños

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Uso ilícito de datos, contenidos impropios y nuevos canales que acentúan el impacto visual  y estimulan la atención permanente ponen en riesgo la protección de la audiencia infantil

Se ha hecho público que Youtube deberá pagar 170 millones de dólares de multa por extralimitarse en el negocio de su audiencia infantil: recolectar datos sin el consentimiento de los padres y permitir la personalización de publicidad.

Rohit Chopra, uno de los miembros de la FTC de Estados Unidos, el organismo que ha impuesto la sanción, comentó que Youtube “utiliza canciones infantiles, dibujos animados y otros contenidos como cebo para atraer a los niños y alimentar su negocio de publicidad.”

Aunque algunas voces críticas, como la de los representantes del Centro de Democracia Digital de los Estados Unidos, han manifestado que es demasiado baja en relación al negocio que genera la actividad publicitaria sancionada, es probable que la multa obligue a Youtube a introducir algunos cambios en su permisiva política de publicidad. Unos cambios que afectarán a sus ingresos pero que sobre todo tendrán un impacto notable en los creadores independientes de contenidos infantiles que producen cientos de canales y que obtienen un porcentaje de los ingresos publicitarios.

Los niños tienen dos maneras de acceder al contenido de Youtube. A través del canal oficial Youtube Kids, lanzado en 2015 y controlado de cerca por la plataforma, o en el Youtube general, no recomendado para menores de 13 años pero ‘curiosamente’ repleto de contenido dirigido a niños de todas las edades.

El resultado es una audiencia infantil inmensa. Según un estudio de Ofcom, el regulador de la industria de telecomunicaciones en el Reino Unido, el 73 % de los niños de entre 5 y 15 años son usuarios de YouTube. Esta audiencia millonaria genera una fuente de ingresos muy atractiva, demasiado atractiva como para no sacarle el máximo partido y saltarse, si es necesario, la autorización paterna para capturar los datos de comportamiento de los niños.

Vídeos que se cuelan constantemente

La plataforma tiene que gestionar simultáneamente la captación multimillonaria de ingresos publicitarios que le proporciona el contenido infantil con los esfuerzos para controlar la legalidad de los vídeos y canales impropios que se cuelan en la plataforma, también en Youtube Kids, y que les obliga a filtrar y eliminar contenido constantemente.

De la popular Peppa Pig se colaron docenas de imitaciones o parodias violentas. Peppa Pig comiéndose a su padre, Peppa Pig bebiendo lejía, Peppa Pig en el dentista. Lo denunció hace un par de años el artista James Bridle y Youtube aceleró la eliminación de estas imitaciones.

Peppa Pig en el dentista

Disney y Nestlé retiraron campañas de publicidad en Youtube tras conocerse que una red de pedófilos utilizaba libremente la plataforma para difundir contenidos protagonizados por niños. A comienzos de este año, el youtuber Matswhatitis publicó un video en el que mostraba ejemplos sobre cómo se monetizaba la explotación sexual de los niños.

Hace una semanas, Youtube anunció que había retirado ocho listas de reproducción de temática erótica y/o sexual que incluían vídeos protagonizados por menores de edad, a petición del Consejo del Audiovisual de Catalunya. Listas con títulos como Hot teens (“adolescentes calientes”), All sizes tits (“pechos de todas las medidas”) combinaban vídeos inocentes que mostraban a niñas bailando, practicando algún tipo de actividad física o jugando en la piscina, con otros de sexo explícito.

También en el teóricamente más controlado y seguro Youtube Kids se encontraron videos que daban consejos sobre cómo suicidarse. The New York Times y la BBC ya alertaban hace un par de años del contenido impropio que se divulgaba en Youtube Kids.

Los niños y la economía de la atención

La mayor parte del contenido a disposición de los niños no presenta objeciones de tipo legal. La mayoría son videos musicales, niños desenvolviendo huevos kinder y muñequitos poco sofisticados ejecutando acciones amables e inocentes.

Uno de los canales más vistos por los niños de todo el mundo, sobre todo norteamericanos y asiáticos, es ChuChu TV. Tras cinco años de existencia ha acumulado 19 mil millones de visualizaciones, muy por encima de Disney, Nickelodeon o Sesame Street, y es unos de los 25 canales más vistos en todo el mundo.

ChuChu es la más grande de una nueva constelación de medios para niños en YouTube que se extiende por todo el mundo: Little Baby Bum en Londres, Animaccord Studios en Moscú, Videogyan en Bangalore, Billion Surprise Toys en Dubai, TuTiTu TV en Tel Aviv y LooLoo Kids en Iași, una ciudad rumana cerca de la frontera con Moldavia.

Esta proliferación diseminada de medios es un indicio de que el control de los Estados Unidos sobre el entretenimiento infantil está perdiendo fuerza y con él, una cierto estilo de producir contenido para niños. También el modelo europeo impulsado por la BBC, o en España, por TVE o TV3, está en riesgo.

En los nuevos canales, las canciones son siempre pegadizas y machaconas, los colores brillantes, los dibujos, muy simples, la animación es en dos dimensiones y un poco entrecortada. Nada que ver con el estilo Pixar o Disney. Y sobre todo, mucho movimiento. Siempre hay algo que se mueve. A veces parece que cada píxel de la pantalla está moviéndose o parpadeando. Su concepción es tan simple que muchos de ellos pueden automatizarse y ser producidos por bots. 

Objetivo: atrapar la atención de los niños al menor coste.

 

En un video de Chu Chu TV un niño pequeño baila flanqueado por dos vacas. Una multitud agita sus manos. Las luces parpadean, en el fondo giran las estrellas y la pista de baile se ilumina, al estilo de Fiebre del Sábado Noche. No hay distracción posible.

Youtube se ha convertido en un chupete electrónico

A diferencia de lo que resulta habitual en Internet, los videos para niños son largos. “Youtube se ha convertido en un chupete electrónico. Hoy en día lo más popular para niños pequeños no son canciones de tres minutos, sino compilaciones que duran de 30 a 45 minutos, o incluso más”, dice el periodista Alexis C. Madrigal, que viajó viajó al centro de producción de ChuChu Tv, en el sur de la India, para conocer las claves de su éxito.

Barrio Sésamo

El panorama ha cambiado bastante desde que en 1968, con la complicidad de psicólogos y educadores, Jim Henson creó Barrio Sésamo, el programa infantil de televisión con más impacto en el mundo. 

Polución de contenido incontrolado

Si la televisión convencional pierde parte de su audiencia infantil se debilitarán también los efectos del trabajo desarrollado durante años por instituciones, autoridades, productores audiovisuales y los propios canales de televisión de los países civilizados para proteger a la infancia. Señales en pantalla, horarios protegidos, códigos de autoregulación de las propias cadenas… y un cierto consenso en combinar entretenimiento y formación o, por lo menos, un entretenimiento que respete la vulnerabilidad de los niños. Costó años construir ese consenso.

En una reciente visita a España, Nicco Mele, profesor de Harvard experto en impacto digital de los medios, comentaba que el declive de los medios de comunicación tradicionales está dejando un vacío inmenso que a su vez está viéndose ocupado por una “polución informativa”. En el ámbito de la televisión infantil, un declive similar puede dejar paso a una “polución de contenido incontrolado” que busca sólo el máximo ingreso, bajo la tutela interesada de una plataforma privada que acumula un enorme poder global y que durante años no ha tenido reparos en capturar ilícitamente los datos de los niños para incrementar su facturación.

Joan Rosés – Collateral Bits
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