Foto de Donald Wu en Unsplash

Alteración radical de los tiempos

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La IA reduce los procesos de creación y de producción. Incorporada de forma radical, la inteligencia artificial puede generar transformaciones temporales que afecten de lleno a nuestra forma de trabajar, aprender o entretenernos. Creadores y artistas tienen la oportunidad de anticiparlas

 

Los artistas y creadores digitales tienen ganas de experimentar la inteligencia artificial. Muchas. Hay ganas de comprobar si la IA puede ser un estímulo para la inspiración y una fuente de nuevas herramientas y materiales y, a la vez, dilucidar si se trata de una tecnología que potencia las capacidades creativas del ser humano, o bien las diluye, las coloniza o un poco todo. 

El +Rain Film Festival (cine creado con IA) celebrado en Barcelona hace un par de semanas fue una buena oportunidad para ver y reflexionar hasta qué punto la IA estimula la creatividad, en este caso, la audiovisual.

De momento estamos en fase de experimento. Cristobal Valenzuela, uno de los responsables de Runway, startup norteamericana especializada en generación de vídeo con IA, lo repitió en todas sus intervenciones durante el festival. “El vídeo generado con IA tiene tres características fundamentales: primera, es muy pronto, segunda, es muy pronto, y tercera, es muy pronto”.

Aun así, empieza a haber indicios sobre el alcance que la IA puede llegar a tener en la transformación de la creatividad en general, y la audiovisual en particular.

 

¿Qué aporta realmente la IA?

Indicios que tratan de responder a preguntas como: ¿qué aportará realmente la IA? ¿Qué creaciones producidas con IA no se podrían hacer con las tecnologías actuales? ¿Es la IA un mero conjunto de nuevas herramientas o es capaz de transformar el medio y el lenguaje?

Hoy por hoy, no hay una respuesta clara. La mayor parte de las producciones audiovisuales hechas con IA vistas hasta ahora hubieran podido crearse con medios tradicionales. Pero, recordemos, es muy pronto. En los próximos meses, a medida que avance la calidad de la tecnología y la ambición de los experimentos, comprobaremos si los festivales de este tipo (hay otro en Nueva York) se limitan a mostrar trabajos más o menos ingeniosos hechos mediante herramientas de IA, equiparables a lo que podría ser un festival de ilustraciones creadas con Photoshop, por ejemplo (lo que sería muy pobre), o por el contrario podrán exhibir creaciones que exploran la naturaleza transformadora de la IA.

¿Y cuál podría ser esa naturaleza? Está por ver, claro, (es pronto) pero sin duda, uno de los factores más determinantes a explorar es la alteración de los tiempos.

 

Elucubraciones temporales

Usada como herramienta, la IA puede intervenir en todos los procesos de creación, desde la redacción del guión hasta la postproducción final. Y en todos ellos reduce los tiempos. Una reducción que puede beneficiar la productividad artística pero que también entraña riesgos. Para que una idea madure, el proceso de creación necesita tiempo. Acortarlo acelera el proceso pero puede desembocar en trabajos insustanciales, elaborados sin la fricción necesaria de la que surgen las ideas valiosas. Creaciones más fáciles de lograr aunque también más anodinas. 

 

Fotograma de “Sara Palin forever”, película creada con IA. +Brain Film Festival

 

Pero, en busca de la naturaleza transformadora de la IA, elucubremos algo más. 

La IA podría provocar una alteración de los tiempos mucho más radical. Dispone de los elementos necesarios para reducirlos de tal manera que, por ejemplo, ficción y actualidad se fusionaran en productos audiovisuales de nueva factura. Llevada la reducción de los tiempos al extremo, podríamos imaginar nuevas series o películas de ficción que sucedieran en medio de acontecimientos ocurridos en los últimos días como hoy podrían ser la destrucción de la presa de Nova Najovka en Ucrania, la testificación de Trump ante un gran jurado o la desaparición del submarino que buscaba restos del Titanic. Hoy por hoy, la ficción audiovisual requiere equipos complejos y tiempos largos. Con una incorporación radical de la IA, el guión se crearía en horas, los actores y actrices podrían ser dobles digitales de las estrellas del momento o nuevos personajes sintéticos hiperrealistas, los escenarios, recreados con todo detalle por herramientas como Midjourney, la música, compuesta a partir de algunas indicaciones de texto, las voces, todas artificiales…  Total, una semana.

Pero, ¿por qué esperar una semana? Con la IA se podrá producir en tiempo real. Procesos que se dilatan meses o años como la escritura del guión, casting, ensayos, grabación, diseño y construcción de decorados, modelado de efectos visuales, renderizado, retoques… podrán ejecutarse simultáneamente, o casi. De hecho, producciones como The Mandalorian y otras de menor envergadura que utilizan tecnologías de producción virtual ya generan en vivo efectos visuales que hasta ahora requerían de muchas horas de postproducción.

Y ya puestos, ¿por qué grabarlo todo de antemano? ¿Por qué no introducir durante la difusión de una película o una serie de ficción acontecimientos que estén sucediendo en ese preciso momento. Los espectadores podrían seguir una historia de ficción enmarcada en hechos reales que ocurran en directo. Milan Kundera publicó en 1984 “La insoportable levedad del ser”, una conflictiva historia de amor ambientada en la primavera de Praga de 1968. Fue llevada al cine en 1988. ¿Por qué esperar tanto? ¿Por qué no producir una historia de amor o de espionaje (o ambas) mientras las tropas ucranianas intentan llevar a cabo la contraofensiva, mientras se dilucida el futuro de los mercenarios del grupo Wagner o mientras afloran las tensiones en el ejército ruso?

Y abundando aún más, podríamos incluso plantearnos producciones sin límites de tiempo ¿Por qué una ficción debe durar dos horas si puede durar 24 sin apenas más coste? O no acabar nunca. Sagas interminables, historias sin fin… 

¿Exageraciones, delirios, ciencia ficción…? Tal vez lo sean, pero intuyo que las transformaciones que provocará la IA serán más radicales de lo que hoy imaginamos. Y no sólo en el cine. La alteración de los tiempos puede afectar de lleno a nuestra forma de trabajar, aprender o entretenernos. Los artistas tienen la oportunidad de anticiparlas.

Joan Rosés

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