Fuente: vídeo de presentación de Meta Orion

Desaliento

0 Shares
0
0

Mientras la sociedad trata de protegerse de los excesos tecnológicos, los líderes de la innovación global siguen a lo suyo, sin importarles los efectos que provocan, tratando incluso de convencernos de que sólo ellos pueden salvar el mundo

 

Entre la cantidad ingente de novedades y opiniones que se vierten a diario sobre la innovación digital, fijémonos en éstas:

Primera. Meta presenta el prototipo de gafas Orion, que según Mark Zuckerberg serán las más avanzadas del mundo, incluso llegarán a sustituir a los móviles, dice, y días más tarde un par de estudiantes de Harvard logran insertar un software de código abierto en los modelos actuales de gafas Meta Ray Ban capaz de identificar a personas.

  • Las Meta Ray Ban son gafas que permiten hacer fotos, grabar vídeos, escuchar música, hablar por teléfono… Se comercializan a un precio que ronda los 300 euros.
Gafas Meta Ray Ban

El caso no es atribuible directamente a Meta. No ha sido la empresa la que ha introducido software de reconocimiento biométrico en sus gafas, sino unos estudiantes espabilados que han mostrado lo vulnerables que son estos dispositivos y, en el fondo, lo poco que le preocupa a la matriz de Facebook blindar la privacidad. Cuando se les ha preguntado por el hallazgo de los estudiantes, la respuesta de Meta ha sido: “podría hacerse con cualquier cámara”. 

Cierto, pero las Meta Ray Ban no son una cámara fotográfica al uso ni un teléfono móvil. Son gafas que parecen normales, que cualquiera puede llevar puestas sin que nadie advierta que le están identificando. Nadie espera que le puedan robar información personal en medio de la calle con sólo mirarle.

 

Imagen: Symphonic Labs

Segunda. Un video de la empresa Symphonic Labs muestra una aplicación capaz de leer los movimientos labiales de cualquier persona y transcribir lo que está diciendo en tiempo real.

Tal vez a nadie se le haya ocurrido, pero, ya puestos, los mismos estudiantes u otros podrían insertar software de reconocimiento labial en las gafas de Meta. Alguno de código abierto habrá. Así no sólo podríamos identificar a cualquier persona en la calle sino saber lo que está diciendo. 

 

Se prohibirá, pero mientras tanto…

En Europa ha costado dios y ayuda aprobar la ley de la IA que considera de alto riesgo el reconocimiento facial. Lo prohíbe explícitamente en espacios públicos salvo en casos excepcionales como la búsqueda de personas desaparecidas o la prevención de ataques terroristas, siempre con autorización judicial previa y en tiempo y espacio limitados. Y por supuesto, nunca a cargo de particulares o empresas privadas. 

La ley no entrará en vigor hasta dentro de un par de años, pero las gafas Meta Ray Ban ya se venden y las anunciadas Orion podrían estar disponibles el año próximo. La legislación tal vez acabe restringiendo las facilidades intrusivas de estos artefactos, pero mientras tanto… 

El “mientras tanto” se ha convertido en el modelo de negocio preferido de la innovación tecnológica global, el que permite a las corporaciones líderes campar a sus anchas hasta que la ley, a veces, les acota el terreno. 

 

Gobernar el futuro

Tercera. Hace unos días, cuando el huracán Morris estaba a punto de atravesar la península de Florida, el ex CEO de Google, Erich Schmidt, dijo públicamente que como somos incapaces de frenar el cambio climático, la única esperanza es confiar en que la IA lo haga, y si para ello hay que construir más centros de datos aunque que consuman enormes cantidades de agua y energía, pues se construyen. No hay alternativa. 

En el fondo, Schmidt viene a decir que les dejemos a ellos gobernar el futuro. Precisamente a ellos, a los líderes tecnológicos que acumulan un sinfín de excesos y han convertido la economía digital global en su coto privado.

Cuarta. La radio pública norteamericana ha filtrado unos informes internos de TikTok en los que directivos de la plataforma reconocen ser conscientes del daño potencial que la red puede causar en los menores, que niñas de 15 años se desnudan en directo a cambio de “regalos” o que consumir 260 vídeos, unos 35 minutos dado que los vídeos son muy cortos, bastan para crear adicción a la plataforma.

A cada paso que da la sociedad para controlar el impacto del desarrollo tecnológico, quienes lo lideran hallan la manera de dar varios pasos más en dirección contraria y seguir adelante con sus inventos, sin más prevenciones que las que impone el mercado, sin importarles los efectos que provocan, incluso tratando de convencernos de que solo ellos pueden salvar el mundo.  

Desalentador.

Joan Rosés

1 comments
  1. Respecto la primera, me parece a mí que llegados a este punto, la única forma de proteger tu información online es enmascarar la información real con falsa. Es una técnica que se explica en el libro Obfuscation[1] de Helen Nissenbaum… publicado ya hace una década. Pero el problema también es que hasta la información falsa a veces puede perjudicar a uno.

    [1] https://direct.mit.edu/books/book/3112/ObfuscationA-User-s-Guide-for-Privacy-and-Protest

    > Lo prohíbe explícitamente en espacios públicos
    Según tengo entendido, en EEUU no hay ni una ley federal que prohiba grabar videos de personas en público (por lo general, es ilegal grabar cuando viola la privacidad de la persona, pero luego en público no hay expectativa de privacidad, ergo es legal hacerlo en público.) Tampoco es raro encontrar cámaras de Amazon Ring apuntando a la calle, por ejemplo, mientras en Espanya, tengo entendido que es ilegal. Así que no es de extranyar que profilere tecnología de este tipo. Nunca tengo muy claro si en EEUU se confunde la libertad con la falta o el desinterés de legislar.

    > Erich Schmidt, dijo públicamente que como somos incapaces de frenar el cambio climático, la única esperanza es confiar en que la IA lo haga
    Clásico erizo Schmidt.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *