Imagen del cartel anunciador del CES 2024

La feria de las banalidades

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CES 2024: lo que las excentricidades y excesos del consumo tecnológico dicen de nosotros

 

El informe de Oxfam que se publica cada año por estas fechas concluye que “el mundo actual es maravilloso para una reducida minoría”.

Y lo encabeza así:

“Desde 2020, los cinco hombres más ricos del mundo han duplicado sus fortunas. Durante el mismo período, casi cinco mil millones de personas en todo el mundo se han empobrecido. Las dificultades y el hambre son una realidad diaria para muchas personas en todo el mundo. Al ritmo actual, se necesitarán 230 años para acabar con la pobreza, pero podríamos tener nuestro primer billonario en una década”.

La reducida minoría a la que se refiere Oxfam sigue a lo suyo (a lo nuestro), ajena a la mayoría y a los costes del despilfarro, consolidando la comodidad como valor central de su forma de vida y la banalidad como actividad cultural preferida.

El consumo por el consumo lleva décadas instalado en nuestro imaginario de la felicidad. Pero según la futurista norteamericana Faith Popcorn, muy valorada en su país, la cosa va a más. Se impone una corriente de fondo que impulsa el consumo banal y excesivo como reacción contra las angustias que provoca la vida real.

Ella lo llama “el placer de la venganza de los consumidores”. Dice:

“Los consumidores están celebrando una bacanal secreta. Están muy enojados y quieren soltarse. A medida que nos adentramos en el siglo XXI, tan plagado de ansiedad, “el placer de la venganza” avanza a toda velocidad.

La tecnología no es ajena al festín. Sigue: 

“La tecnología facilitará nuevas dimensiones de esta tendencia. La capacidad de la realidad aumentada y la realidad virtual para satisfacer fantasías aumentará el impacto y la intensidad de “la venganza”. Los reinos digitales emergentes alentarán un subidón escapista. En estos mundos virtuales los consumidores pueden ser tan malos como quieran sin provocar ningún daño tangible: pueden comer en exceso, beber en exceso, drogarse en exceso y tener orgías en exceso. Incluso pueden manifestar sus tendencias más violentas”.

 

Los inventos y excentricidades más celebrados

Uno de los principales exponentes de la cultura de la banalidad y del exceso tecnológico es el Consumer Electronic Show (CES) de Las Vegas, que se celebra cada año también a principios de enero. 

Algunos de los inventos y excentricidades más celebrados de la edición 2024 dan fe de las aspiraciones que orientan la vida de la reducida minoría. Una muestra:

Bidé “inteligente” de Kohler

 

Accesorio que se agrega al bidé para convertirlo en “inteligente”, y controlar por voz la temperatura o la intensidad del chorrito de agua. PureWash E930 de Kohle.

Cochecito para bebés todoterreno, manejado por IA, que tiene la capacidad de contar cuentos y hacer de niñera virtual. Glüxkind Technologies.

Cabeza generada por IA que le pone cara a un chatbot, uno de los inventos más virales del CES 2024. The WeHead.

Espejo inteligente orientado al bienestar mental. Incorpora una guía de meditación y sesiones de terapia. Bmind.

Dispositivo que escanea los pies, hace la pedicura y aplica y seca la pintura de las uñas. Nimble.

Bombillas que modulan el color y la intensidad de la luz según nuestro estado de ánimo. Lepro 

Cepillo de dientes digital personalizable, con conectividad Wi-Fi y pantalla táctil interactiva. Ofrece consejos de voz generados por IA para mejorar la técnica de cepillado. Oclean X Ultra Wi-Fi Digital Toothbrush 

También tecnologías más comunes evolucionan incorporando funcionalidades afines a los gustos de la reducida minoría: los chatbots que se incorporan a los automóviles (BMW y Volkswagen) para que podamos hablar con ellos, las nuevas pantallas de televisión transparentes (LG y Samsung), ideales para fundir el mundo virtual en la vida real sin necesidad de advertirnos de su presencia, o una nueva generación de robots domésticos capaces de realizar tareas complejas como pelar patatas o cocinar (Toyota).

Y como estos, cientos. 

Afortunadamente, se van desarrollando otras tecnologías orientadas a problemas más acuciantes para la vida de las personas y del planeta: en el campo de la medicina, la ciencia, el reciclaje, la construcción sostenible, la gestión de lo público… pero la cantidad de dinero y esfuerzo que seguimos destinando a satisfacer la cultura de la banalidad resulta inquietante. 

Seguimos muy lejos de comprender lo que nos dice Oxfam.

Joan Rosés

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