Nos apuntamos a la moda: el #10 Year Challenge de las fake news

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Las fake news y la desinformación invaden los medios. ¿Qué ocurría hace 10 años?

¿Ya te has hecho tu propio #10yearschallenge? ¿Y qué, bien? ¿Estás mejor o peor? No hay duda de que esta tontería se ha tornado súper viral. Muchas personas, famosos y famosas incluso, han sucumbido a los “encantos” de este nuevo reto viral consistente en comparar una fotografía actual con otra, una década anterior. Misma persona, hoy y diez años atrás.

Pues venga, no seamos menos. ¡Apuntémonos a la moda! Hagamos ahora un #10 Years Challenge al fenómeno de las fake news.

Empezamos por la foto actual: 2019.

Las fake news siguen en boca de todos. Están presentes en forma de noticias, de memes, de vídeos, de fotografías, de acusaciones políticas y nos invaden. Colonizan elecciones, centran conversaciones, despiertan odios y están por todas partes: en redes sociales, en medios de comunicación digitales y hasta en periódicos en papel.

#10years challenge Número 1: la naturaleza de las fake news

El 16 de enero de 2019 en Washington DC un montón de repartidores se afanaron en distribuir a primera hora de la mañana 500.000 ejemplares del The Washington Post que anunciaban en portada la huida de Donald Trump de la presidencia. El titular no dejaba duda alguna: “UNPRESIDENTED. Trump hastily departs White House, ending crisis” (“DESPRESIDENTADO. Trump abandona de forma apresurada la Casa Blanca, terminando la crisis).  

El periódico impreso parecía real, pero era fake. De hecho, llevaba por fecha el 1 de mayo de 2019, día para el que todavía quedaban entonces tres meses y medio. Así que era un periódico falso del futuro.  

The Washington Post anunció la falsedad vía Twitter tan pronto como lo supo: “Ediciones falsas de The Washington Post que indican que el presidente Donald Trump deja la presidencia han sido entregadas el miércoles por la mañana en diferentes puntos de la capital de Washington“.

El periódico falso era obra del grupo de activistas The Yes Men con el objetivo de activar y despertar un movimiento anti-Trump. “La noticia de portada de este periódico falso es más razonable que nuestra realidad actual”, explicó The Yes Men en el comunicado posterior en el que admitían ser los autores del fake.

Dile razonable, dile deseable. Así es como funcionan las fake news hoy en día. Si deseamos que un hecho sea real, lo convertimos en real consumiendo sólo aquella información que nos hace realidad nuestro deseo.

Viajemos ahora diez años atrás.

Con fecha de 4 de julio de 2009 se publicó una edición del New York Times que anunciaba en portada el fin de la guerra de Irak. “IRAQ WAR ENDS, rezaba el titular.

El periódico, evidentemente, también era falso. La guerra de Estados Unidos contra Irak terminó el 31 de agosto de 2010 por decisión de Barack Obama.  ¿Y de quién fue obra? De The Yes Men, el mismo grupo de activistas.

A decir verdad, la edición falsa del New York Times, The Yes Men la distribuyó en noviembre de 2008 también con fecha futura, 4 de julio de 2009. De nuevo, un falso periódico del futuro.  

Con diez de años de diferencia, la acción de reflexión de The Yes Men sigue siendo la misma y con la misma razón: mostrarnos cómo de deseables y razonables pueden parecernos las noticias falsas.

Por eso las noticias falsas son fácilmente consumibles y viralizables. No en vano, en 2019 ya sabemos que acaban compartiéndose un 70% más que las noticias reales.

Sigamos.

#10years challenge Número 2: la injerencia rusa e iraní

De nuevo estamos en 2019.

Cada vez vamos teniendo más constancia de cómo Rusia e Irán están usando las fake news para interferir en procesos electorales o toma de decisiones en otros países. Para rusos e iraníes, el ciberespionaje y la creación y difusión de desinformación son grandes armas para atacar las instituciones democráticas, propagar el caos y difundir o amplificar un discurso del odio.

Lo estamos viendo con Trump en Estados Unidos, con el Brexit en el Reino Unido, con la protesta de los chalecos amarillos en Francia, con el proceso independentista en Catalunya, con la irrupción y la financiación de VOX en España… En el caso francés, por poner uno, lo hacen con noticias falsas del tipo: “La mayoría de policías apoya a los chalecos amarillos en lugar de a Macron” o “La Policía en Francia se quita los cascos en solidaridad con los manifestantes”. Titulares falsos dirigidos a sembrar confusión informativa.

¿Y qué pasaba en 2009 en cuanto a la injerencia rusa e iraní creando y difundiendo noticias falsas? Veamos:

Twitter anunció en octubre de 2018 que desde 2009 conoce la existencia de más de 4.500 perfiles falsos creados en Rusia e Irán que han difundido ya más de 10 millones de tuits y más de dos millones de imágenes, GIF y vídeos.

Vaya, ya veo que la fiesta viene de lejos.  

¿Seguimos? ¿De verdad?

De acuerdo.

#10years challenge Número 3: los medios de comunicación

De nuevo, fotografía actual.

En 2019 estamos viendo cómo los medios de comunicación sufren el fenómeno de las fake news en carne propia. Bien porque se convierten en difusores de noticias falsas o bien porque incluso llegan a generarlas para conseguir y fidelizar un público que le atraiga tráfico a sus portales.

Así, por ejemplo, en enero de 2019 en España se siguió con gran atención mediática el caso de Julen, un niño de dos años que cayó por un pozo ilegal de apenas veinticinco centímetros de diámetro y más de cien metros de profundidad. Tras la caída se activó una operación de rescate que se alargó trece días y suscitó un gran interés y cobertura en los medios de comunicación.

Sólo tres días después de la caída, el 16 de enero de 2019 el periódico digital El Español publicó la noticia del desenlace del rescate de Julen a 73 metros de profundidad. Por fin habían llegado a él. Era una noticia esperadísima. Anunciarla antes que nadie garantizaba un montón de clicks por el enorme impacto que causaba.

Sin embargo, la noticia era falsa. Antes de ver cómo un periódico la publicaba, nació, creció y circuló como bulo en Whatsapp. La desmintió la Guardia Civil a la vez que reclamaba no difundir informaciones falsas acerca del caso cuyo desenlace todavía tardaría diez días más en producirse.

Photo by ALEXANDER BECHER/EPA-EFE/REX

Otro caso. Ahora nos toca viajar a Alemania. En diciembre de 2018, el semanario Der Spiegel admitió que Class Relotius, uno de sus reporteros estrella, ganador del Premio a Mejor Reportero de Alemania hasta en cuatro ocasiones, había falseado buena parte de sus reportajes.

Relotius llegó a inventarse grandes historias como la de un preso que tras catorce años en Guántanamo sin motivo aparente llegó a enloquecer y a negarse a ser puesto en libertad. O la increíble historia de una norteamericana partidaria de la pena de muerte que iba viajando por el país para asistir a todas las ejecuciones que se aplicaban en los distintos penales de Estados Unidos.

Eran grandes historias, sin duda. Pero eran grandes fakes.

Turno ahora para la fotografía de 2009. ¿Le pasaba esto mismo a los medios de comunicación diez años atrás?

La respuesta nos la dio la película “Starsuckers. En ella se documenta y se muestra cómo un supuesto equipo de periodistas vende y coloca noticias falsas acerca de diferentes famosos en los grandes diarios sensacionalistas británicos. Picaron periódicos como The Sun, Daily Mirror, Daily Star o Daily Express.

Publicaron noticias como que Avril Lavigne había sido pillada dormida en un pub, o que Amy Winehouse se había quemado el pelo, o que Guy Ritchie, ex de Madonna, salía con el ojo morado de un pub después de lanzar varios cuchillos al aire.

Con este documental he querido demostrar que el periodismo de famosos es una tontería y ha infectado al conjunto del periodismo”, explicó Chris Atkins, su director.

Han pasado diez años y mal que nos pese, buena parte del conjunto del periodismo sigue infectado.

¿Vamos a por el último #10yearschallenge?

Venga va. Turno ahora para Donald Trump .

#10years challenge Número 4: Donald Trump y las fake news.

¿Dónde estaba Trump hace diez años? ¿Qué hacía en 2009 en relación a las fake news que tanto ha puesto de moda desde la campaña que le llevó a la presidencia de los Estados Unidos en 2016?

Veamos primero cómo estamos ahora, en 2019.

Donald Trump sigue con su cruzada contra la desinformación. Ha tildado las fake news y los fake media de “auténticos enemigos del país” y se ha adueñado del término fake news para descalificar cualquier información contraria a sus intereses y a su propia narración de los hechos.

A pesar de su cruzada, el relator de la Naciones Unidas para la libertad de expresión, David Kaye, lo ha descrito “como el peor autor de noticias falsas del país. Y el verificador de datos del The Washington Post ha cuantificado las falsedades de Trump: 7.645 en sus primeros 730 días como presidente. O sea, algo más de diez al día.

¿Nos vamos al 2009? ¿Qué hacía Trump entonces?

Esta historia se destapa en 2017 pero nos lleva directos al 2009.

Cae la tarde en Mar-A-Lago, Florida. El periodista del The Washington Post David Fahrenthold toma una copa en el bar de uno de los clubes privados que tiene Donald Trump. Se entretiene mirando la cantidad de cuadros que cuelgan de las paredes con imágenes de Trump en artículos o portadas de prensa. De repente, una le llama poderosamente la atención.

Es una portada de la revista TIME. A toda página se ve a Trump mirando desafiante con los brazos en cruz y el titular reza: “Trump acierta en todos los frentes… incluso en televisión. ¡El Aprendiz es un éxito televisivo!”. Está fechada el 1 de marzo de 2009.

Para quién no lo conozca, El Aprendiz fue un programa televisivo que Trump presentó del 2005 al 2014 en Estados Unidos y que en España tuvo su versión con Lluís Bassat en el rol de directivo que cualificaba aspirantes a trabajar con él para terminar seleccionando uno.

Esa portada, pues, llamó la atención de Fahrenthold por su doble titular en portada sobre el personaje en cuestión, algo atípico en la revista. La investigó y ¡bingo! La portada del TIME con Trump en portada era falsa.

La revista TIME nunca publicó ninguna edición el 1 de marzo de 2009. Lo hizo al día siguiente, el 2 de marzo, y la personalidad elegida para la portada fue la actriz Kate Winslet.

Tras destapar el fake, la revista TIME instó a la Fundación Trump a retirar su portada fake con la fotografía del ahora presidente de Estados Unidos. Como esto fue en 2017, Trump ya ocupaba el despacho Oval. A pesar del escándalo, ni la Fundación Trump ni la Casa Blanca emitieron declaración alguna.

Pero sí Donald Trump, como no, en Twitter. Su mensaje no mencionaba el caso pero acusaba al The Washington Post de no pagar impuestos en internet y de difundir fake news.

Con Donald Trump llegamos al final de nuestro #10years challenge. Para Trump y las fake news han pasado diez años, es cierto. Pero no lo parece, ¿verdad? ¿O mentira?

Marc Amorós

Marc Amorós es periodista, crea contenidos audiovisuales, dirige programas de televisión y es autor del libro “Fake News, la verdad de las noticias falsas” (Ed. Plataforma). También es guionista y colaborador de programas de radio y profesor universitario. www.marcamoros.com

 

 

 

 

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