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Política en tiempos de aceleración

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La comunicación digital impone el tacticismo y la inmediatez. Whatsapp emerge como canal idóneo para la propaganda política.

La política es lenta por definición, sobre todo en democracia. Un largo proceso desde que los ciudadanos reivindican, la demanda llega al poder, éste, a veces, reacciona, identifica, prioriza, elabora propuestas, las discute, a veces las aprueba, traslada el mensaje, el ciudadano lo recibe, a veces, lo comprende… La política necesita su tiempo. Y también la gestión administrativa y la aplicación garantista de la justicia…

La política necesita tiempo y cocción a baja temperatura. Pero la realidad impone otra cocción más intensa, más rápida.

Vivimos tiempos de aceleración que desconciertan al ciudadano en su vida cotidiana y rompen los ritmos adecuados para la política.

Lo subrayaban Antoni Gutiérrez Rubí y Rafael Rubio durante un reciente diálogo que mantuvieron en el Palau Macaya de Barcelona. Antoni Gutiérrez Rubí es asesor de comunicación y consultor político y Rafael Rubio es también consultor y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid.

El diálogo llevaba por título: “El control TIC de la participación democrática y el comportamiento electoral del votante”.

“Se acortan los tiempos entre pensar, decir y hacer. Todo sucede en tiempo real. En los noventa el slogan de la CNN era “está pasando, lo estás viendo”. Ahora vivimos en la era del está pasando, lo estás tuiteando…”, argumentaba Gutiérrez Rubí.

Para Rubio el proceso se ha invertido: “ Primero se actúa, después se comunica y luego, en el mejor de los casos, se piensa. Hacemos, decimos, pensamos”.

Manejar los tiempos, la llave del poder

Las TIC y sus modelos de negocio asociados son los aceleradores de partículas de la política. Fomentan la inmediatez y la sucesión secuencial y acelerada de ideas, propuestas y decisiones. En ese contexto se impone la táctica. La democracia instantánea.

Decían los dialogantes, que el poder se está trasladando a quien sabe manejar los tiempos. Ser rápido es más importante que ser fuerte. La agilidad es más útil que la dimensión. Se multiplican los micropoderes que se mueven en la agilidad y desbordan la capacidad de reacción de los poderes establecidos. Una transformación del poder nunca vista.

Desinformación, la nueva normalidad

El nivel de aceleración actúa también a favor de la desinformación.

Las políticas mentirosas, corruptas y manipuladoras son tan consustanciales al uso del poder como lo es el anhelo de justicia, la reivindicación de la verdad y la persecución del mal que debería inspirarlo. Manipulación y mentira las ha habido siempre. Pero la aceleración las blinda. Apenas queda tiempo para contrastar, para desenmascarar, para fundamentar la denuncia. Miente que algo queda.

Desinformación, la nueva normalidad”, titulaba el digital norteamericano Axios un artículo en el que informaba que la semana antes de las elecciones legislativas Twitter había cerrado 10.000 cuentas robotizadas que enviaban mensajes supuestamente demócratas incitando a no votar. La noche anterior a las elecciones Facebook cerró 115 cuentas.

Se cierran unas pero inmediatamente se abren otras. O se buscan plataformas alternativas. Buzzfeed informaba que los mensajes políticos falsos o los memes manipuladores se están desplazando a Linkedin para evitar los filtros que han establecido Twitter y Facebook.

Tsahi Levent-Levi on Visualhunt / CC BY

Sobre todo se desplazan a Whatsapp, como ha ocurrido en Brasil. Durante la campaña de las elecciones presidenciales, más de ochenta millones de brasileños se informaban diariamente a través Whatsapp. El 66% de los electores brasileños consumió y compartió noticias y vídeos sobre política a través de la red social más popular del país, de acuerdo con datos del Instituto Datafolha. El equipo de comunicación de Jair Bolsonaro llegó a producir cien contenidos diarios, toda una avalancha de mensajes para ocupar la atención y estimular la compartición entre contactos. Curiosamente, Jair Bolsonaro fue el candidato que contó con menos exposición en televisión.

Además de inmediatez, Whatsapp aporta un componente adicional que agrava la situación. La red de mensajería propiedad de Facebook es básicamente una red de contactos que se comunican entre sí individualmente o en grupos. Lo mensajes a través de Whatsapp aportan mayor credibilidad que otras redes porque existe una relación de confianza entre quien envía el mensaje y quien lo recibe.

A través de Whatsapp la manipulación encuentra al receptor con la guardia baja porque relaja sus prevenciones hacia los mensajes que recibe. Al fin y al cabo provienen de amigos o conocidos de los que tiene su número de teléfono. Lo que importa no es tanto el valor del contenido sino que ese contenido lo envía un conocido. “La credibilidad del círculo de amistades supera en un 20% la de los medios y las instituciones”, aseguraba Rubí. Un canal valioso para la manipulación.

5 razones del atractivo de Whatsapp

En el libro Tecnopolítica, Gutiérrez Rubí expone cinco razones que hacen de Whatsapp un canal atractivo:

-Posibilidad de crear grupos orientados a la acción, así como grupos temáticos, territoriales y operacionales entre los activistas.

-Posibilidad de un nuevo lenguaje audiovisual. Texto, imágenes,vídeos, emoticonos… pueden ser compartidos entre los miembros del equipo.

-Creación de nuevos líderes. Se trata de liderazgos naturales en los grupos, en función de la capacidad de crear opinión y aportar buenas ideas, y en función del tiempo que dedique a la campaña.

-Posibilidad de hacer circular con rapidez elementos audiovisuales en tiempo real.

-Respuesta rápida. En una campaña electoral, la respuesta rápida a situaciones inesperadas (noticias imprevistas, ataques de oponentes, oportunidades en agenda) es clave.

Indicador de confianza en la política. Fuente CIS

La pérdida de confianza en la política no es imputable a Whatsapp ni al auge de las redes sociales. El descrédito viene de lejos. Lo podemos comprobar en el cuadro superior elaborado por el CIS. Pero la comunicación digital instantánea actúa de acelerador.

En España la fiebre política todavía no ha llegado a Whatsapp con la intensidad que lo ha hecho en Brasil. Aquí las redes que van consolidando influencia son Twitter y Facebook, a medida que la pierden los medios tradicionales.

En el reciente estudio News, Discovery & Influence, elaborado por Kantar Media, se dice que 2 de cada 3 usuarios se informa en Twitter antes que en televisión. “La audiencia llega a Twitter porque piensa que es el lugar donde las cosas que le interesan están pasando. El 69% de los usuarios considera que es una “gran plataforma” para conocer qué es lo que está ocurriendo. Entre los jóvenes, el porcentaje crece hasta el 77%”, informa Trece Bits

Activar las emociones es más valioso que provocar el raciocinio

R. Alessandro on VisualHunt / CC BY-NC-SA

Las redes incorporan un tercer factor de aceleración. El que proporciona la respuesta inmediata del receptor, contabilizada al segundo, y aderezada ingeniosamente mediante los emoticonos. Los simpáticos muñequitos que añadimos en respuesta a los mensajes no sólo son un guiño amable a la comunicación, sinó una fuente valiosísima de información. Gracias a ellos no sólo podemos conocer el tamaño de nuestra audiencia sinó también adentrarnos en el conocimiento de la calidad emocional de nuestros mensajes. A través de los muñequitos sabemos qué mensaje gusta, disgusta, hace reír… emociona. En tiempos de aceleración activar las emociones es más valioso que incentivar la racionalidad. Cualquier mensaje que conmueve, provoca, o hace reír supera el impacto del que alimenta únicamente la razón.

La desinformación, la desconfianza y el impacto emocional se aceleran. Malos tiempos para la ponderación.

Collateral Bits

 

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