El respeto a los valores éticos debe ser condición indispensable para la financiación del desarrollo tecnológico europeo
De forma recurrente, los discursos y documentos que orientan la estrategia digital de la Unión Europea invocan conceptos como humanismo tecnológico, tecnología centrada en valores, inteligencia artificial confiable…
“La falta de confianza es un factor principal que frena una adopción más amplia de la IA”
“Sentirse seguro y protegido no es solo una cuestión de la seguridad cibernética. Los ciudadanos deben poder confiar en la tecnología y en cómo se usa.”
Entre dos polos que compiten descarnadamente, el norteamericano liderado por grandes corporaciones tecnológicas privadas y el chino, dirigido y tutelado por el gobierno, Europa busca un camino propio en la confluencia humanismo/tecnología.
No es una posición fácil. La competencia tecnológica está muy avanzada, los competidores son poderosos y crecen muy deprisa, sus inversiones son estratosféricas… y todavía estamos lejos de concretar qué significa una economía centrada en el ser humano.
Tampoco es una posición unánimemente compartida. Hay muchos intereses en juego y desde el punto de vista tecnológico cualquier matiz a la aceleración es interpretada como un obstáculo.
En el documento Shaping Europe’s Digital Future que la Comisión Europea presentó en febrero se insiste en esta orientación humanista pero no se proponen acciones para concretarla.
La terminología tradicional ya no sirve
Una primera concreción, nominal pero significativa, consistiría en modificar el nombre a las políticas que promueven la investigación y la innovación.
La terminología con la que nos hemos familiarizado ya no basta. Para orientar ese futuro que anhela Europa llamarle I+D+i no es suficiente.
La primera “I” se refiere a la investigación básica liderada sobre todo por el mundo académico y científico. La “D” anima a concretar la investigación en resultados tangibles. La última “i” es la de la innovación, entendida como la aplicación de los desarrollos (la “D”) en la vida práctica de la economía y la sociedad y el impulso a la transformación de la economía.
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Para fijar la orientación humanista europea la denominación tradicional se queda corta.
Falta identificar claramente que los fondos que sustentan la innovación se orientan a un propósito de mejora social, económica y medioambiental de la vida humana, que se garantiza la responsabilidad ética de los proyectos que se financian, que aportan un beneficio claro al desarrollo social y humano, que se calculan los impactos y se analizan diversos escenarios, que se demuestra rigor en el tratamiento de los datos y la protección de la privacidad, que se garantiza la trazabilidad, la transparencia, la seguridad y la depuración de sesgos algorítmicos, que los proyectos tienen un compromiso inequívoco con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que propone Naciones Unidas,…
Una letra que orienta el futuro de Europa
A la la I+D+i europea le falta una letra: la “e”. Investigación, desarrollo, innovación y ética. Ética entendida en sentido amplio, que engloba conceptos como propósito, impacto social, sostenibilidad, protección de valores y derechos… Cuatro objetivos, cuatro pilares inseparables. I+D+i+e
Una “e” que:
-Sitúe claramente los valores y los derechos humanos en el centro del desarrollo tecnológico.
-Evite la tentación de colocar los valores éticos como un complemento de relleno de los proyectos de innovación.
-Defina una alternativa clara a los modelos de innovación norteamericanos y orientales.
-Clarifique la orientación de la política de innovación de la UE y emita un mensaje nítido a las empresas y a los ciudadanos sobre cómo orientar sus esfuerzos hacia el futuro.
-Cohesione la política de innovación en todos sus ámbitos.
-Equilibre la posición de los valores comunes de la sociedad ante el empuje de las grandes corporaciones privadas que dominan el mercado digital.
-Establezca un lenguaje común basado en valores y derechos compartidos por la gran mayoría de ciudadanos y empresas europeas.
-Enfatice que una verdadera transformación digital va más allá de la incorporación de herramientas tecnológicas, la aceleración de procesos productivos y la disrupción de la vida económica.
-Comprometa a la UE a orientar la financiación de la innovación hacia un desarrollo de la economía centrada en valores.
Requisitos y oportunidades
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La Unión Europea está preparando un nuevo programa de financiación de la investigación que sustituye al Horizon 2020. El nuevo Horizonte Europa está actualmente en fase de debate participativo.
El próximo viernes 9 de octubre se celebra la segunda reunión de la AI assembly que tiene el objetivo de consensuar la hoja de ruta de la AI europea que se publicará a primeros del 2021.
También en los próximos meses se irán concretando los proyectos del Fondo de Recuperación aprobados en julio por el Consejo Europeo.
Todas ellas son oportunidades para que los anhelos sobre una Europa que centre su desarrollo en los valores del ser humano se concreten.
Para conseguirlo, se hacen indispensables, por lo menos, dos requisitos:
1) ningún proyecto debe ser financiado si no incorpora compromisos claros y auditables de impacto ético y social.
2) Las prioridades de financiación deben atender proyectos orientados a los ODS.
“Es el momento de Europa“, insistió Ursula von der Leyden ante el Parlamento Europeo en septiembre. Si Europa cree en el modelo que propone, es el momento de una nueva I+D+i+e.
1 comments
Muy interesante , bravo !