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Trabajar cuatro horas

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Con tecnología, más autonomía laboral y fijación de objetivos el trabajo puede dejar de medirse por tiempos

¿Cuántas horas trabajas al día? Probablemente, no menos de ocho. Bienvenido al club: esa es la media diaria de horas dedicadas por la mayoría y, por tanto, no es de extrañar que reducir la jornada laboral a la mitad –es decir, cuatro horas a la semana– sea, cuando menos, un sueño para muchos. Pero ¿y si ese ideal estuviese más cerca de la realidad que de la ficción?

Es lo que sostiene el escritor norteamericano Tim Ferris en su libro La semana laboral de 4 horas, donde explica que, con los nuevos modelos de negocio y herramientas posibles gracias a Internet, podemos crear un tipo de bussiness que únicamente requiera una dedicación de cuatro horas semanales. «Convertirte en un miembro de los nuevos ricos no se trata solo de trabajar inteligentemente. Se trata de construir un sistema que te reemplace», sostiene el autor. Su planteamiento es crear un negocio online de éxito que funcione en piloto automático. Es decir, que genere beneficios sin una dedicación constante. Pero ¿hasta qué punto es esto posible?

Franck Scipion, experto en marketing y creador de Lyfestylealcuadrado.com, una organización orientada a transformar blogs personales en un negocio, difiere de esta teoría. «El único sitio donde ‘éxito’ está antes que ‘trabajo’ es en el diccionario», sostiene Scipion quien, según explica en su cuenta de Twitter, «ayuda a los amantes de la libertad a desarrollar una plataforma digital que les permita disfrutar del estilo de vida que han elegido».

Es cierto que en la actualidad las nuevas tecnologías permiten trabajar a remoto o gozar de jornadas más flexibles –de hecho, recientemente se hacía viral en los medios un tuit antiguo de Sanna Marin, la nueva primera ministra finlandesa, en el que mencionaba que «una semana de 4 días o un día de 6 horas con un salario digno puede ser una utopía hoy, pero puede ser cierto en el futuro», aunque el ejecutivo ya ha aclarado que implantar esta medida no está en su agenda–, pero «para llegar a crear un producto, servicio o negocio que genere ingresos automatizados, antes hay que hacer muchas cosas e invertir muchas horas trabajando», señala Scipion.

“Solo en el diccionario ‘éxito’ precede a ‘trabajo’ (Frank Scipion)

Laura López, consultora de marketing que asesora a diseñadores y creativos freelance, coincide con esta idea. «Las tecnologías permiten tener negocios con estrategias online que posibilitan automatizar procesos internos, ahorrando tiempo y haciendo que el trabajo sea más eficiente. Esto no significa que el mundo online sea mágico y que puedas arrancar y al poco tiempo tener libertad financiera y una jornada de 4 horas semanales, sino que la clave está en trabajar por objetivos», señala. Un ejemplo de ello es plantear el trabajo en función del día a día y de las metas y no por horas. Según expone la experta, otra posibilidad sería que se estableciesen jornadas basadas en los resultados.

Para Pilar Jericó, presidenta de Be-Up –una consultora especializada en procesos de transformación, liderazgo e innovación–, el problema es que en España «la cultura sigue basándose en acudir al lugar de trabajo». A su juicio, el éxito que han experimentado distintas multinacionales demuestra que es posible trabajar por resultados y cree que eso significa que «todos deberíamos poder hacerlo». Según sugiere la experta en temas de comportamiento organizativo y liderazgo, es necesario un cambio cultural que lleve a las empresas a moverse «puramente por objetivos, haciendo un buen seguimiento y dejando que las personas se organicen como quieran».

Sea como fuere, el libro de Ferris se ha convertido en uno de los más vendidos de los últimos tiempos dentro de la temática de economía y empresa. «Es un gran escritor y un excelente motivador, pero habla demasiado del resultado (ingresos pasivos y una vida fantástica) y poco del know how (del saber hacer), del proceso de aprendizaje y de todo lo que cuesta llegar a ese punto, sobre todo al principio», opina Scipión.

Quizá la solución está en poner en manos de los trabajadores la libertad suficiente para que utilicen sus propios medios, siempre que los hagan llegar al objetivo, más allá del tiempo que empleen en conseguirlo.

Carmen Gómez-Cotta

gomezcotta.com/ @GomezCotta

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