A pesar del desconcierto del 2020, los pronosticadores tecnológicos insisten en hacer previsiones para el año que comienza. Seleccionamos las más relevantes. Parte I
Después de lo ocurrido el año pasado sigue habiendo optimistas que se atreven a hacer predicciones para el 2021, y otros, más optimistas todavía, que se las creen.
Rebosantes de optimismo, en Collateral Bits nos aventuramos como cada año a seleccionar algunas de las previsiones elaboradas por empresas, consultoras y pronosticadores de prestigio que dejan entrever las tendencias de fondo en la siempre difícil relación entre tecnología y sociedad.
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1 -El teletrabajo no será lo que era
No hace falta ser muy perspicaz para pronosticar que el teletrabajo se asentará de manera definitiva en el panorama laboral mundial.
Pero, parafraseando el libro de Albert Cañigueral, el teletrabajo no será lo que ha sido durante la pandemia. Las urgencias del 2020 han puesto de manifiesto carencias organizativas y tecnológicas que muchas empresas tratarán de paliar en los próximos meses. Objetivo: que el teletrabajo sea menos improvisado, desorganizado, inseguro y estresante.
Dice Deloitte que “el lugar de trabajo digital requiere que las empresas rediseñen la forma en que su gente se conecta, se comunica, colabora y se apoya entre sí y se enfrenta a desafíos inherentemente humanos como mantener las conexiones sociales, administrar el rol de la familia durante las horas de trabajo y mantener el equilibrio entre el trabajo y la vida” .
En Paypal, una de las grandes empresas digitales que se ha volcado en el teletrabajo, creen que “es importante capturar la sensación natural de tocar a un colega en el hombro y tomar un café de forma espontánea, una sensación que falta en las videoconferencias”. Para remediar este déficit han creado una aplicación que empareja aleatoriamente a los empleados interesados en tomar un café virtual.
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Rastreo. A muchos trabajadores les preocupa cómo organizar el espacio y el tiempo de trabajo en el ámbito doméstico. A muchas empresas, en cambio, les preocupa la dispersión que origina el trabajo a distancia y se plantean el seguimiento minucioso de sus teletrabajadores.
Según un informe de Ericsson, tres cuartas partes de los trabajadores de cuello blanco creen que sus empresas utilizarán rastreadores que alertarán a sus empresas si sus actividades durante la jornada laboral no están relacionadas con su trabajo. 6 de cada 10 trabajadores creen que esta tecnología podría afectarles negativamente.
Salud mental. En los últimos meses han surgido diversas voces que alertan del riesgo para la salud mental de los teletrabajadores. Según un estudio de la consultora TELUS, tres de cada cuatro teletrabajadores han sufrido problemas de ansiedad.
Uno de nuestros vaticinadores habituales, Dan Schawbel, apunta que se desarrollarán soluciones robotizadas para combatir la ansiedad de los teletrabajadores. “Cuando los empleados sufren estrés y otros problemas de salud mental, tienden a recurrir a la tecnología antes que a los humanos. Existe un estigma en torno a la salud mental y los trabajadores no quieren ser juzgados por sus compañeros o por los gerentes por temor a ser excluidos o perder su empleo”. Ya hay empresas, como Adobe, que ofrecen a sus empleados apps como Calm, Headspace, Classpass, Fitbit, Woebot, Talkspace, BetterHelp y Virgin Pulse. Son aplicaciones que ayudan a los trabajadores a meditar, mantenerse en forma y mantener una dieta saludable, al tiempo que les proporcionan acceso a terapia y recursos las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
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2- Virtualización de lo físico
Más allá de la digitalización acelerada del trabajo, 2021 apunta a una consolidación de las propuestas que virtualizan el contacto con lo físico. Se reformula la presencialidad. Muchos procesos y relaciones basados en el contacto y la presencia directa se digitalizan. La vida se desmaterializa.
El dinero es un ejemplo. La empresa de inversiones GP Bullhound apunta que en 2021 el dinero electrónico consolidará su predominio en las sociedades avanzadas. La combinación de tecnologías y propuestas de pago sin contacto, la aparición de nuevos intermediarios fintech, la consolidación de los existentes con nuevas propuestas, las restricciones legales para combatir el fraude y el cambio de hábitos facilitado por la pandemia harán del dinero digital la primera opción de intercambio monetario. Todo ello acompañado por una predisposición abrumadora a favor de la eliminación del cash que alcanza el 87% entre los consumidores norteamericanos. En España, Bizum, la solución de pago por móvil de la banca española, ha superado este año los 12 millones de usuarios.
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Monedas virtuales. Nadie se atreve a vaticinar, sin embargo, qué pasará con el bitcoin y las monedas virtuales. Durante el 2020 bitcoin multiplicó por cuatro su valor y, en el primer fin de semana del año, bitcoin superó los 31.700 dólares de cotización. ¿Estamos ante una burbuja especulativa que explotará este año?
Recuerda Lalo Agustina en La Vanguardia que Robert Farrell, uno de los analistas bursátiles más reconocidos del sigloXX, decía que «los excesos en una dirección conducirán a un exceso contrario en la otra dirección. No existen las nuevas eras: los excesos nunca son permanentes”.
Telemedicina. Allí donde la presencialidad se hace más crítica aparecen nuevas oportunidades para la virtualización. GP Bullhound ofrece algunos datos sobre el incremento de la telemedicina durante la pandemia. Entre diciembre del 2019 y mayo del 2020 el uso de aplicaciones de telemedicina en Estados Unidos había pasado del 8% al 21%. El de las personas que no usaban estas aplicaciones, ni pensaban usarlas o ni sabían de su existencia había descendido del 72% al 47%. La tendencia seguirá.
Por su parte, la revista Scientific American pronostica el uso generalizado de pacientes virtuales en los ensayos clínicos y pruebas médicas. Se trata de replicar digitalmente órganos humanos o partes de ellos para simular las funciones y las reacciones de los reales. “Si los humanos virtuales hubieran podido reemplazar a personas reales en algunas etapas de los ensayos de la vacuna contra el coronavirus, por ejemplo, se podría haber acelerado su desarrollo y ralentizado la pandemia”, asegura la revista.
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Viviendo en el Metaverso. También la realidad virtual y aumentada, hasta ahora centradas preferentemente en aplicaciones de ocio para el consumidor, aumentará su presencia en el campo empresarial y en la educación, vaticina Deloitte. Los defensores de las tecnologías virtuales propugnan que “si hacer pruebas en el mundo real es demasiado peligroso, demasiado difícil o demasiado caro, ¿por qué no hacerlas en uno virtual?”
David Baszucki pronostica en Wired que «en el transcurso de 2021, el Metaverso (mundos virtuales) experimentará un uso generalizado y comenzará a convertirse en una utilidad de coexperiencia humana. La gente se reunirá en mundos virtuales no solo para jugar, sino también para ver un nuevo avance de película o reírse de los videos generados por los usuarios. En educación, el apredizaje de las ciencias básicas se completará con simulaciones de física o biología y, en última instancia, se aprenderán en un entorno inmersivo. Y veremos un aumento de eventos virtuales masivos e inmersivos«.
En The New York Times son más reticentes. Consideran que se habla mucho de realidad virtual pero que pocos la usan. Son tecnologías afectadas por lo que Gartner llama ciclo de exageración. «Excitan la imaginación de la gente y son muy prometedoras, pero es posible que nunca se utilicen tan ampliamente como esperaban sus defensores.»
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3- Viejas ciudades para nuevos hábitos
La vida de las ciudades ha sufrido un shock de grandes proporciones durante el 2020. Disminución del transporte público, barrios de oficinas vacíos, restaurantes cerrados, pequeños comercios en quiebra, interrupción del turismo… En 2021 la ciudad irá recuperando su pulso pero algunas cicatrices permanecerán.
La digitalización del trabajo y la virtualización creciente del ocio ponen en crisis el predominio de la presencialidad en el que se basa el modelo urbano.
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Un ejemplo, los cines. Seguirá habiendo salas de exhibición, pero muchas cerrarán si no han cerrado ya. Las grandes productoras internacionales apuestan abiertamente por priorizar la exhibición a través de streaming o, en el mejor de los casos, simultanear los estrenos en Internet y en las salas. No es algo transitorio fruto de la pandemia. El cambio de modelo es definitivo.
El crecimiento del comercio electrónico parece imparable y como consecuencia, sus múltiples derivadas: cierre de comercios físicos, reconversión de factorías industriales en naves logísticas, aumento del tráfico destinado al reparto y reconversión de negocios basados hasta ahora en la presencialidad y la atención al público. Liliana Arroyo propone analizar la implantación de Amazon en Seattle para comprender las consecuencias.
Cocinas fantasma. Ejemplifica este cambio el aumento de las llamadas “cocinas fantasma”, equipadas para producir comida y atender sólo a repartidores. Al menos 20 de las 200 principales marcas de restaurantes pondrán en marcha cocinas fantasma en 2021, predice Nikki Freihofer, estratega senior de la consultora Culinary Edge. La web especializada Eater considera que las cocinas fantasma serán «la ola del futuro», y apunta a empresas como Cloud Kitchens, lanzada por el fundador de Uber, Travis Kalanick.
Dark stores. Otro ejemplo lo encontramos en la conversión de supermercados en “dark stores”, un modelo de tienda sin acceso al público pensado para atender el reparto de comida a domicilio. El modelo empezó en Inglaterra y Estados Unidos pero se está implantando también en España. “Están exentos de las restricciones horarias comerciales, tienen menos personal, pero más formado con lo que se consigue más calidad y más eficiencia en la entrega por una mejor planificación de los envíos”, explica el experto en el sector, Bernabé Muñoz Sandoval. En España. Día es la cadena de distribución que más ha apostado por este modelo actualmente con 12 centros con capacidad para satisfacer unos 400 pedidos diarios.
Proximidad. También la transformación de la movilidad se acentuará durante este año y los siguientes. Se prevé un descenso del uso del transporte público debido a la disminución de las actividades presenciales (laborales, ocio…), aumento de las restricciones al transporte privado para frenar la congestión de los centros urbanos y disminuir la contaminación ambiental y un impulso a nuevas modalidades de transporte: bicicletas, patinetes y vehículo compartidos. Para muchas ciudades el objetivo es descentralizar núcleos de actividad e implantar lo que se conoce como “ciudad de los 15 minutos”. El beneficio, la proximidad y la descentralización. El riesgo, convertir las grandes ciudades en un conglomerado inconexo de barrios.
Continuará.
1 comments
Y qué harán con los mayores, la mayoría prefieren el dinero en mano. Les inducirán a la demencia, retendrán líquidos que les llevarán a la hiperpotasemia y la parada cardíaca ? Les quitarán las gafas para que le desorienten y en consecuencia, les dé una parada cardíaca ? Veo un futuro oscuro para ellos como no se tomen medidas de protección muy serias.