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Aunque todo parece cambiar a una velocidad de vértigo, la tecnología sigue en el mismo sitio: exprimiendo lo posible por encima de lo deseable

 

Pasados seis años desde el inicio de Collateral Bits (mayo del 2018) se me ha ocurrido comprobar si lo que decíamos en aquel momento sigue vigente. 

Planteábamos entonces la necesidad de no seguir con el entusiasmo acrítico hacia la innovación tecnológica.

Hasta ahora hemos ido avanzando ciegamente hacia un futuro digital lleno de esperanza, del que no cuestionábamos otra cosa que no fuera nuestra propia capacidad para entenderlo. Hoy se extiende la percepción de que no deberíamos seguir avanzando con los ojos cerrados. 16-5-2018

¿No deberíamos aplicar hoy esta reflexión al desarrollo de la IA generativa?

Reivindicábamos afianzar la gobernanza del desarrollo tecnológico (en Europa algo sí hemos avanzado) pero también recuperar el papel de los humanistas para modelar los principios y valores sobre los que debía asentarse ese desarrollo.

El debate no debería limitarse a cuestionar quién debe dirigir el uso de la tecnología sino en base a qué principios evoluciona. ¿Los del mercado, únicamente? ¿Los del rendimiento y la productividad? ¿Seguiremos dejando el control de las herramientas a empresas privadas globales? ¿Qué papel tendrán las administraciones en países cada vez más endeudados? ¿Qué fuerza tendrá el poder político frente a corporaciones que acumulan excedentes inalcanzables? 30-5-2018

Durante un tiempo parecía que la ética pasaría a ser un elemento central asociado al desarrollo tecnológico. Gartner llegó a situar la ética como una de las 8 tendencias principales en 2019. Hoy los comités de ética languidecen como departamentos decorativos en las grandes empresas y muchos eticistas de prestigio han abandonado.

 

Lo posible prevalece sobre lo deseable

Robin Mansel, profesora canadiense de New Media en la London School of Economics, se preguntaba en aquellas fechas “¿qué pasaría si los proveedores de tecnologías y servicios digitales estuvieran siguiendo un camino equivocado con consecuencias negativas para la humanidad?”

Luc Soete, ex rector de la Universidad de Maastrich, se preguntaba también si la innovación siempre es buena para la humanidad. 

En lugar de un proceso beneficioso de destrucción creativa al estilo de Schumpeter, que depende de un proceso continuo de innovación tecnológica, en la actualidad estamos siendo testigos de un período de “creación destructiva”.

Mansel añadía:

Los medios existentes para dirigir la innovación en el campo de la tecnología digital no están bien posicionados para abordar cuestiones fundamentales sobre los tipos de sociedades de la información que son deseables en contraposición con los que podrían ser posibles. 25-7-2018

Lo posible por encima de lo deseable. Ahí seguimos.

Lo posible tal vez sea construir una inteligencia artificial general que sustituya los principales procesos cognitivos, organizativos e incluso emocionales propios de la inteligencia humana. La singularidad. Suena a ciencia ficción, pero hace unos días Bloomberg desveló las cinco etapas que OpenAI pretende seguir. 

Estamos en la primera (la conversacional), nos acercamos a la segunda (la racional), seguiremos con la IA de agentes autónomos que no sólo conversarán y razonarán sino que actuarán por nosotros, la cuarta en la que esos agentes también innovarán, y la quinta en la que serán capaces de realizar el trabajo de una organización entera.

 

Hacia la sustitución de lo humano

La idea de la singularidad ya estaba muy presente en 2018. 

La idea de la singularidad aplicada a la tecnología surge de una combinación de varios factores: entusiasmo por la tecnología, afición a las predicciones que, aunque injustificadas, nos dan la ilusión de control sobre el futuro, fe inmutable en la Ley de Moore, creer que la tendencia que indican los datos actuales se mantendrá hasta el infinito, adopción de filtros de evidencia mucho más bajos para aquello que confirma nuestras convicciones y la propensión de muchos altos ejecutivos del mundo digital a sentirse inspirados por la ciencia ficción. Por regla general, la ciencia ficción dice mucho más del momento en que fue escrito el relato que sobre el futuro que anticipa. 15-12-2018

El momento en que se va definiendo la inteligencia artificial general dice bastante de la erosión paulatina que experimentan algunos valores asociados a lo humano.

Sherry Turkle, profesora del MIT y autora de En defensa de la Conversación y la psicoanalista británica Gillian Isaacs Russell reflexionaban:

Algunos sueñan que la inteligencia artificial y la robótica pronto podrán simular la experiencia emocional y las consecuencias de estar físicamente con otra persona. Podríamos llamar a esto un sueño de intimidad artificial (otro más). En ese punto, las máquinas podrían satisfacer las necesidades de ternura y calidez, de romance, empatía y amistad. Pero sólo habrá una aceptación generalizada de la intimidad artificial si estamos dispuestos a reducir lo que esperamos de las relaciones en función de lo que la tecnología pueda proporcionar. 2-12-2018

 

El amor por los sucedáneos y la comodidad

Se consolida una predilección por los sucedáneos, incluso para los aspectos más auténticamente humanos:

El estado del bienestar y el crecimiento de la clase media se han expandido acompañados por la aceptación social de los sucedáneos. Si no podemos tener el original aceptamos su copia. Si no accedemos a lo real, nos conformamos con la réplica. La leche en polvo, las flores de plástico, el conglomerado de madera, la paella precocinada … Si no podemos permitirnos el deseo completo nos adaptamos al low cost. 2-12-2018

La comodidad sigue imponiéndose como el valor principal que determina nuestros comportamientos y deseos.

En lo que llevamos de siglo XXI la industria de la comodidad se ha sofisticado. Si hasta ahora la comodidad prometía facilitarnos las acciones de la vida, ahora nos facilita ser quienes somos, cómo pensamos, cómo nos informamos, cómo decidimos, con quien nos relacionamos. El Homo Digitalis. La eficiencia desborda los procesos físicos y se adentra en los más íntimo del ser humano. La comodidad o la simplicidad se convierten en una necesidad social y personal. 5-10-2018

La datificación del comportamiento económico y social sigue su curso. La IA es un ejemplo palmario de la devoción que sentimos por los datos. Pero los efectos se producen también en nuestro fuero interno. Jannis Kallinikos, profesor de la London School of Economics:

Las tareas y patrones de la vida cotidiana que han sido predominantemente moldeados por todas esas cualidades y facultades que asociamos con la experiencia humana están sujetos a cambios, a medida que las técnicas computacionales se infiltran en el hábitat de la vida cotidiana. Entiendo que esto es un cambio notable (tácito, inconsciente, olvidable, más allá de la conciencia) en el que el frente y la retaguardia de la vida humana cambian de posición. 20-6-2018

Aunque la tecnología parece avanzar a una velocidad de vértigo, en muchos aspectos estamos en el mismo sitio, con los mismos problemas por resolver, las mismas incertidumbres, las mismas urgencias (clima, desinformación, concentración, desigualdades…), siguiendo una hoja de ruta invariable hacia un desarrollo tecnológico que exprime lo posible por encima de lo deseable. 

Joan Rosés

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